11:13 | Autor Iglesia Hogar

"El Verbo se hizo carne". La luz de esta verdad se manifiesta a quien la acoge con fe, porque es un misterio de amor. Sólo los que se abren al amor son cubiertos por la luz de la Navidad. Así fue en la noche de Belén, y así también es hoy. La encarnación del Hijo de Dios es un acontecimiento que ha ocurrido en la historia, pero que al mismo tiempo la supera. En la noche del mundo se enciende una nueva luz, que se deja ver por los ojos sencillos de la fe, del corazón manso y humilde de quien espera al Salvador. Si la verdad fuera sólo una fórmula matemática, en cierto sentido se impondría por sí misma. Pero si la Verdad es Amor, pide la fe, el 'sí' de nuestro corazón”.

Mensaje de Navidad de Benedicto XVI

Fuente: Zenit
14:26 | Autor Iglesia Hogar


14:06 | Autor Iglesia Hogar
El Domingo 12 de Diciembre pasado se realizó, en la Parroquia Santa María de nuestra ciudad, el tradicional pesebre viviente, protagonizado por los niños de Catequésis de 1º y 2º año, con la participación especial de los catequistas y los niños de la IAM(infancia y adolescencia misionera) de nuestra Parroquia.Se pudo apreciar el relato de la historia de la salvación del hombre, contada desde la creación de Adán y Eva, Caín y Abel, los Profetas y por supuesto la anunciación y el nacimiento de nuestro Señor Jesucristo.




Fué hermoso ver a esos pequeños, vivir desde adentro y situados en aquel tiempo, que les toco vivir a Jesús, María y José.





Dios nos regaló una hermosa noche. La Comunidad nos acompañó, estuvo además presente el Padre Nicolas Marinelli y todos pudimos disfrutar de un espectacular acto de amor y de Fé.





Párrafo aparte, para agradecer, a todas alas catequistas que ayudaron en la escenografía, el vestuario y con los ensayos.





A los padres de los niños, que nos ayudaron con los bancos y las sillas.





A Carlos Fernández, Adrían Gómez que colaboraron con las luces y el sonido. A César González que, como siempre, brinda una mano en todo.

Todos los integrantes de la Comunidad de Santa María queremos desear uan Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo.
4:39 | Autor Iglesia Hogar

Frank Duff murió hace 30 años. Este hombre tranquilo y de personalidad modesta, en Dublín, en un ambiente sencillo y tranquilo, el día 7 de septiembre de 1921 fundó un movimiento de espiritualidad mariana, formación cristiana y oración. La Legión de María es un movimiento que se ha extendido por todo el mundo y ha enriquecido a la Iglesia en muchas partes del mundo, especialmente en momentos en los que la Iglesia estaba experimentando dificultades y persecución.

Hemos venido a dar gracias a Dios por el carisma de Frank Duff, un carisma reconocido de manera especial en el Concilio Vaticano II al cual asistió. Damos gracias a Dios por el enriquecimiento espiritual que dicho carisma ha aportado a los miembros de la Legión de María. Damos gracias a Dios por la formación cristiana y el cuidado espiritual que han encontrado millones de personas a través de su contacto con la Legión de María.

Recordamos especialmente la tenacidad de este hombre aparentemente reservado: tenacidad para esforzarse sin complejos y llevar el mensaje de Jesús a personas con vidas y circunstancias muy variadas; tenacidad no dirigida por ambiciones humanas sino por una devoción a María, la cual en todos los momentos de su vida abrió su corazón a entender y a hacer la voluntad de Dios.

La amistad de Jesús para nosotros significa ponernos a su servicio a través de la comprensión de su palabra. Cada uno de nosotros podemos unirnos a El en su misión viviendo su misión en las grandes y pequeñas tareas de la vida. Nunca podría describirse a Frank Duff como lo que hoy llamaríamos "una celebridad". Él rehuyó la publicidad. Él rehuyó la superficialidad. Pero su trabajo se ha propagado por muchas partes del mundo y ha afectado a muchas vidas por los frutos de los lazos de amistad constantes con el Señor.

La renovación de la Iglesia no son estrategias de los medios ni reformas estructurales. En el evangelio que acabamos de oír, Jesús claramente indica en la figura de María que lo que es vital -y que nunca podrá ser substituido por cualquier otro mérito- es la voluntad de conocer a Jesús y entrar en la verdadera amistad con Él. Eso significa permitir que su palabra capture nuestros corazones. Significa tener la misma mentalidad que tenía el mismo Jesús. SiTambién doy las gracias a los sacerdotes que actúan como directores espirituales de la Legión de María y que proporcionan formación para la vida espiritual de los miembros, ayudándoles a redescubrir día a día y a comprometerse de nuevo a tope con el carisma del movimiento. La Legión de María es fundamentalmente un movimiento laico pero el lugar del ministerio sacerdotal es esencial dentro de él. Agradezco en particular a todos esos sacerdotes que tienen el tiempo tan ocupado y sin embargo dedican una parte al trabajo con la Legión de María significa conocer al Padre a través de encontrarse con Jesús.

Por el arzobispo de Dublín, monseñor Diarmuid Martin

Fuente: Zenit


14:14 | Autor Iglesia Hogar



En el día de hoy miércoles 24 de noviembre de 2010 se realizo la adoración al santísimo ,pidiendo en especial por las intenciones del santo Padre ,Siguiendo las recomendaciones del Papa se centro dicha adoración en Valorar la Vida,pidiendo por las inocentes victimas de los abortos,por las victimas de accidentes de transito,por sus familias, también pedimos por los accidentados que gracias a dios se están recuperando, aquí les aporto algunas imagenes,


desde aquí queremos informarles que a partir de la semana que viene, la Adoración al santísimo se realizara los días jueves, a pedido de las personas que concurren.


desde ya esperamos contar con todos ustedes LOS JUEVES DE 14 a 15hs
8:11 | Autor Iglesia Hogar
¡Oh, Jesús!

Ayúdame a esparcir tu fragancia donde quiera que vaya.
Inunda mi alma de tu espíritu y vida.
Penétrame y aduéñate tan por completo de mí,
que toda mi vida sea una irradiación de la tuya.
Ilumina por mi medio y de tal manera toma posesión de mí,
que cada alma con la que yo entre en contacto pueda sentir tu presencia en mi alma.
Que al verme no me vea a mí, sino a Tí en mí.
Permanece en mí. Así resplandeceré con tu mismo resplandor,
y que mi resplandor sirva de luz para los demás.
Mi luz toda de Ti vendrá, Jesús; ni el más leve rayo será mío.
Serás Tú el que iluminarás a otros por mi medio.
Sugiéreme la alabanza que más te agrada,
iluminando a otros a mi alrededor.
Que no te pregone con palabras sino con mi ejemplo,
con el influjo de lo que yo lleve a cabo,
con el destello visible del amor que mi corazón saca de Ti.

Amén.

12:10 | Autor Iglesia Hogar

Unidos a María, nos incorporamos a Cristo y nos encaminamos a Dios. Mas a Dios no lo podemos aislar del mundo de los ángeles, de los santos, de la Iglesia triunfante y de las almas del purgatorio. El cielo es una inmensa familia con la que nosotros, "los familiares de Dios y los miembros de su casa", tenemos relaciones que, aunque invisibles, son múltiples y están palpitantes de vida. La fe nos descubre legiones de ángeles, como la noche nos revela millones de estrellas. Et nox illuminatio mea. Un mundo se abre ante nuestros ojos deslumbrados, al mismo tiempo que vemos cómo se anudan los lazos entre los ángeles y nosotros. Nos sentimos enlazados a otros mundos y nuestro espíritu queda embargado ante mil ternezas desconocidas: es que los ángeles están allí, velando por nuestros pasos, subiendo y bajando encima de nuestras cabezas, según la visión misteriosa de la escala de Jacob. Ahora, pues, si María es la Reina de los ángeles, es claro que Ella será quien nos acerque a ellos. Unidos a Ella podremos aproximarnos a los tronos y a las potestades, a los serafines y a los querubines, a los ángeles y a los arcángeles. Y junto con ellos amaremos a María y daremos gracias a Dios por la gloria inmensa de que gozan, repitiendo el Deo gratias de su agradecimiento efusivo y el Gloria de su adoración perenne. María nos coloca al mismo nivel de ellos. Nos da derecho a intimar con San Miguel, el príncipe de su corte y el custodio de la gloria de Dios; con San Gabriel, el arcángel de la Anunciación y paraninfo del amor divino; con San Rafael, el arcángel de la alegría que vela sobre nuestros pasos de caminantes y prepara nuestros más felices encuentros.

Reina de los santos también, María nos lleva a la intimidad con ellos. A medida que crezca nuestra unión con María, podremos amar a todos los santos con su corazón, su delicadeza y su reconocimiento. ¿Quién los puede amar como Ella? ¿Se puede entrever lo que sería el ímpetu puro del amor con que amaba a San José o su solicitud con cada uno de los Apóstoles? Nuestra unión con María simplifica de una vez lo que llamamos en sentido partitivo "las devociones". En lugar de yuxtaponer el culto de San Pablo o el de Santa Teresa, todos estos cultos y amores se fusionan, en su admirable diversidad, en el amor mariano que los une a todos. Por desgracia, ya no tenemos hacia los santos un culto desinteresado, ya no hacemos como nuestros antepasados, de la lectura de su vida el alimento de nuestra admiración. Y, sin embargo, "Dios no ha creado el mundo ni lo transforma más que para hacer santos". La tierra perderá su razón de existir el día que no germine santos. La historia de los mismos, más emocionante que cualquier novela de aventuras, es en definitiva, la única decisiva y valedera. Cada una de esas historias es la prolongación del misterio de la Encarnación y un efecto de la acción del Espíritu Santo y de María. Pues bien, cada uno de los santos, desde el más desconocido hasta el más glorioso, ha nacido de María, y las gracias que le han santificado han pasado por sus manos. En María podemos amarles con un corazón nuevo y un alma nueva. Con esto, nuestra intimidad con ellos se afina y se amplía indefinidamente, hasta llegar a una simplicidad dulce e insospechada. Nos sentimos coherederos del cielo y somos ya, y nos portamos, como hijos de la casa celestial.

Como Reina del Purgatorio, la Virgen María nos abre el acceso a la Iglesia que sufre. Nuestra oración, unida a la de la Inmaculada, irá a acelerar la obra de purificación en aquellas almas innumerables, participando nosotros en la impaciencia maternal de María, que anhela ser para todas ellas puerta del cielo. Y todo esto lo llevaremos a efecto casi sin pensar en ello, sencilla y llanamente, pues cada uno de nosotros puede decir: "El corazón de María y el mío no forman más que un solo corazón" (27).

La unión con María es, además, una escuela de respeto, donde se aprende a distinguir la jerarquía de los valores y graduar las grandezas. María nos hace admirar las vivas riquezas de la divinidad, pero también nos comunica devoción a los santos del día, sintiéndonos cerca de ellos, participando en la alegría de la Iglesia en sus fiestas, honrándolos e invocándolos. Entonces ellos aparecerán, ante nosotros tan bienhechores como serviciales. María nos inculcará el respeto, lo mismo a nuestro ángel de la guarda que a nuestro santo patrono; lo mismo al ángel protector de la región, que al santo intercesor de la parroquia. Es que Ella sabe mucho mejor que nosotros cómo estos patronazgos no son ficticios, pues estos mediadores múltiples nos aportan, como los mil colores del prisma, la luz y el calor vivificante de único amor de Dios.

Fuente: TEOLOGÍA DEL APOSTOLADO DE LA LEGIÓN DE MARÍA