8:00 | Autor Iglesia Hogar

Por E. McGorisk, secretaria asistente del Concilium Legionis Mariae

La importancia del servicio prestado por los socios auxiliares debería ser un tema de reflexión serena, y pausada con el fin de apreciar, el valor ofrecido por éstos soldados marianos, que secundan y defienden, el avance de las filas activas en su apostolado.

El Manual se refiere a estos socios diciendo que; para la Legión son lo que las dos alas para un ave: bien extendidas por la posesión de numerosos auxiliares y batiéndolas poderosamente al impulso rítmico de la fidelidad a sus oraciones, la Legión podrá remontar el vuelo hasta las regiones encumbradas del ideal y del esfuerzo sobrenaturales. Volará por doquier, con raudo vuelo y no habrá montaña, por alta que sea, que impida su paso. Pero, si estas alas se pliegan, la Legión se irá arrastrando por los suelos lenta y penosamente y el menor obstáculo bastará para detenerla. Una pregunta resulta obvia hacemos: ¿estamos volando bien alto, o simplemente estamos carreteando? La respuesta reside en nuestro reclutamiento y posterior cuidado de nuestros auxiliares.

Admisión y cumplimiento

En calidad de socios auxiliares pueden ingresar sacerdotes, religiosos y laicos y para ellos no hay límite de edad. Son aquellos que no pueden o no quieren asumir los deberes del socio activo, pero se asocian a la Legión emprendiendo en su nombre un servicio de oración. Los socios auxiliares se subdividen en dos grados: a) el grado primario, cuyos miembros son llamados simplemente auxiliares, y b) el grado superior, cuyos miembros son llamados adjutores.

El servicio que prestan se ofrece en honor de la Santísima Virgen ya que la Reina de la Legión se inclinará a mirar por las necesidades de su Legión. El grado primario es el ala izquierda del ejército suplicante de la Legión. Su servicio es rezar diariamente las oraciones contenidas en la téssera: la invocación al Espíritu Santo, cinco misterios o decenas del Rosario y las invocaciones que siguen después, la Catena Legionis y las oraciones finales. Se puede repartir este rezo entre varias horas del día. Los que ya recen el Rosario diariamente no están obligados a añadir otro Rosario.

Los adjutores, conocidos como el ala derecha de la Legión suplicante, están compuestos por aquellos que además de rezar diariamente las oraciones de la téssera, se comprometen a participar de la Misa y en ella comulgar, y a rezar cada día alguna forma de Oficio aprobada por la Iglesia. El faltar una o dos veces por semana al cumplimiento de las condiciones prescriptas no se considera falta seria como para quebrar la categoría de socio auxiliar. No se exige un Oficio a los religiosos no obligados a él según su regla.

Aunque los socios auxiliares no están en las filas de los socios activos, ellos tienen un lugar fundamental por la acción esencial que desarrollan, son algo así como los fabricantes de municiones y los servicios de abastecimiento, sin los cuales las fuerzas combatientes no podrían hacer nada. No han de ser admitidos los auxiliares con sobrada facilidad. Tienen que familiarizarse ya de antemano con las obligaciones correspondientes y dar razonables garantías de que han de ser fieles en cumplirlas.

Motivación y contribución

Conviene revelar a los auxiliares algunas de las grandezas del trabajo de la Legión; primero, para intensificar su interés y perseverancia en el servicio que han emprendido y hacer que lo cumplan más dignamente, y segundo, para inducirlos poco a poco, después de algún tiempo, a hacerse miembros activos. Los auxiliares son una ayuda esencial en el fortalecimiento de la Iglesia.

Las grandes doctrinas del Cuerpo Místico de Cristo y de la Maternidad de María deberían ser explicadas a los auxiliares, como así también difundir entre ellos las obras de San Luis María de Montfort. Los auxiliares del grado primario deberían ser alentados a convertirse en adjutores y participar así de los privilegios de la Misa y Comunión diarias, uniéndose al rezo del Oficio.

Resulta impactante en estos días observar laicos rezando la Liturgia de las Horas antes o después de la Misa. El muy hermoso cuadro de la Legión que lleva la téssera debería ser explicado a los auxiliares, en función de su simbolismo para que ellos sepan que están representados en él en unión con los socios activos a lo largo del mundo en oración. Todo ello contribuiría a experimentar un sentido de «pertenencia».

Los socios auxiliares son baluartes de apoyo y sostén y nunca debemos olvidarnos de ellos sabiendo que son nuestras alas, las cuales no deben plegarse jamás por la falta de comunicación y atención.

Fidelidad e interés

El aspecto de la fidelidad de los socios auxiliares me quedó demostrado hace unos años durante el curso de una misión que por unos meses se hizo en África. En mi praesidium en Dublín se asignó visitar a los socios auxiliares y pedirles sus oraciones por la misión. Tiempo después de mi regreso a Irlanda, a dos de nosotros se nos asignó visitar auxiliares. Al llegar a un hogar, una señora me saludó con todo afecto y me preguntó cómo nos había ido. Absolutamente sorprendida ya que no la conocía, no había sido reclutada por mí, su pregunta me conmovió de modo tal que le relaté algunos aspectos del trabajo en la misión, algunos sucesos verdaderamente providenciales por la intervención de Dios. A la semana siguiente se repitió en otro lugar un saludo y una pregunta similar que me volvieron a sorprender gratamente y al mismo tiempo me humillaron. En esa ocasión la visitada dijo haber sido reclutada como auxiliar en la semana de mi partida a África y se le había pedido rezar por la misión, pedido que había cumplido y seguía cumpliendo por la semilla sembrada en la misión. ¡Qué poca fe tengo!, pensé; yo había esperado oraciones en una forma global y recién entonces tomé conciencia que la fuerza extraordinaria y la lluvia de gracias que acompañaron el trabajo misionero tenían su fundamento en las oraciones de estos socios auxiliares fieles, que eran desconocidos para mí. ¡Cuidemos nuestros auxiliares, y no los descuidemos por nada del mundo!

Otro aspecto que ha sido a veces pasado por alto es que muchas personas mayores, en sus hogares u hospitalizados, que tienen una mayor cantidad de tiempo libre en sus manos, descubren en sus vidas un nuevo desafío al ser invitadas a ser auxiliares, en particular aquellos que pueden cumplir con el grado adjutor. Una señora dijo una vez que estaba encantada al leer el Breviario y saber que con esa contribución aportaba a la misión de los legionarios activos ya la evangelización en general por todo el mundo. Se sentía inmensamente útil con un propósito firme y concreto que le ayudará a aligerar la carga de su tiempo libre. Procurar infundir en los enfermos el hábito de mirar el valor del sufrimiento, el ofrecimiento de los dolores y penas, soportadas con alegría y resistidas con fortaleza, proyecta una nueva dimensión a sus vidas.

Reclutamiento y posterior cuidado

Si realmente apreciamos y valoramos a nuestros queridos socios auxiliares, desearíamos que todo aquel que no figure como miembro activo, sea un Auxiliar. Esto nos permitirá «remontar el vuelo hasta las regiones encumbradas del ideal y del esfuerzo» permitiéndonos abordar y vencer muchos «imposibles». Debemos considerar este punto y tomar con fe y decisión los pasos serios para el reclutamiento, tanto de socios activos como de auxiliares. Nuestro aprecio del valor de estos socios, deberá hacemos también considerar, y desarrollar los muchos, caminos para el cuidado posterior de nuestros queridos socios auxiliares. En muchos países africanos existe la tradición de una Misa mensual seguida por las oraciones de la Legión. Esto resulta de gran ayuda y beneficio para aquellos que son iletrados porque ejercitan su memoria al repetir las oraciones contenidas en la téssera. En otras naciones se organizan peregrinaciones y se realizan reuniones sociales.

Podríamos a esto agregar la formación de Patricios entre ellos como un medio de contacto adicional y de instrucción religiosa. Con la ayuda de videos, películas y diapositivas se les podría mostrar las muchas y variadas necesidades y los proyectos y pasos a seguir para el fortalecimiento de la fe gracias a sus oraciones fieles y perseverantes.

Finalmente, esta breve cita del Manual sintetiza las gracias y los beneficios que ganarán los socios auxiliares por su servicio a la Legión: «Por generoso que se muestre el socio auxiliar por su servicio a la Legión, ésta la devuelve el ciento, el mil, el millón por uno. ¿Cómo? Enseñándole no menos que al socio activo las grandezas de María, alistándole en el servicio de tan excelsa Reina, haciéndole profesar a Ella verdadero amor: ventajas tan inmensas que decir «el millón por uno» es quedamos corto para ponderar la ganancia. La Legión eleva la vida espiritual de sus socios a un plano superior, y de este modo les asegura un aumento de los bienes eternos».

Extraído de la Revista “María Legionis”

Año 5 - N° 18 - Año 1996 - Págs. 7-8

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