11:44 | Autor Comunidades

Oh, Rosario bendito de María, dulce cadena que nos une con Dios, vínculo de amor que nos une a los Ángeles, Torre de Salvación contra los asaltos del infierno, puerto seguro en el común naufragio, no te dejaremos jamás. Tú serás nuestro consuelo en la hora de la agonía. Para ti el último susurro de nuestros labios será tu suave nombre, Oh, Reina del Rosario de Pompeya, Oh, Madre nuestra querida, Oh, Refugio de los pecadores, Oh, Soberana consoladora de los tristes, que sea bendito por doquier, hoy y siempre, en la tierra y en el cielo.

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